La pequeña solera de vinagres de vino de Jerez desarrollada a partir de 1910 por don Francisco Páez Sánchez, propietario de la Sociedad Recreativa de Vinos Los Palitos, fue la base y la inspiración para que, a partir de 1945, su hijo, don Antonio Páez Lobato, decidiera hacer algo insólito hasta entonces: comercializar el vinagre de Jerez.
Para el desarrollo de nuestra «solera base» se usaron la pequeña solera de Los Palitos y otras que se seleccionaron y adquirieron en diferentes firmas de la zona: Williams & Humbert, Sandeman, Bodegas O'Neale, González Byass, Bodegas Alfonso Lacave Ruiz-Tagle... Aunque, sin duda, la parte fundamental fue la adquirida a don Alejandro Romero Osborne, cuyos orígenes se remontan a 1936, y la cual resultó ser un gran hallazgo, tanto por su antigüedad como por su excepcional calidad.
Así comenzó la andadura de esta firma en la producción, crianza y comercialización del vinagre de Jerez; un negocio inédito hasta entonces, ya que, a pesar de las características excepcionales que este producto ha tenido siempre, su uso se reducía a propietarios de bodegas, familiares y conocidos.
